martes, 31 de enero de 2012

Recordar a Luis



Ayer, a casi un mes de su partida, una compañera me recordaba que se acercaba la fecha del cumpleaños de Luis, de los 68 años que hubiera alcanzado en esta vida de victorias y no derrotas.



Derrota
Claudio ahí va la frase que rescaté de Silvia Bleichmar:
“Y estamos desolados, pero enteros, porque hicimos más que lo posible. Y si hay algún error no alcanza para justificar la derrota, porque derrota en serio no tenemos. … La derrota es otra cosa: es devastación moral, puesta en tela de juicio de todas las certezas previas, sensación humillante de haberse equivocado, arrasamiento de la esperanza, caída del sistema de representaciones que sostuvo la batalla. Y nada de eso en nosotros ocurrió por eso entiendo que no nos han derrotado”
Dolor país y después, Silvia Bleichmar - 2007

Un abrazo
Luis


Prólogo de un salieri de Jaimito
A Luis lo conocimos el día del amigo de 2007, en el Tuñón, en oportunidad de un recital de Juan “Chango” Sosa y desde ese mismo momento lo comencé a fastidiar para que me cuente la experiencia de la Comisión de Control Obrero de ASTARSA.
Su generosidad y su afecto no tuvieron límites, nos reuníamos en su oficina (“El Café de los Angelitos”) junto con Carlos Morelli, revisaba mis borradores y los corregía, nos cruzábamos en las marchas del 24 de marzo, compartimos dos años del Foro de Trabajo y Salud Mental con Pablo, Marcelo y Constanza.
Donde lo convocábamos, el estaba. En estos cuatro intensos años de amistad, apenas nos quedaron un par de proyectos en concretar.
Lo vamos a extrañar, claro que sí, pero lo vamos a estar citando en cuanta conversación se nos presente.
Así pues, en este legado que nos deja Luis, hemos tratado de compilar algunos de sus escritos y testimonios, el que seguramente será enriquecido con el aporte de todas y todos los que lo conocieron.


ESCRITOS Y TESTIMONIOS DE LUIS, una lista provisoria


Cazadores de utopías, película dirigida por David Blaustein, 1996.


Epílogo, Anguita, Eduardo y Caparrós, Martín: La voluntad. Una historia de la militancia revolucionaria en la Argentina, Grupo editorial Norma, Bs. As., 1997


Tanques en el astillero, Decíamos ayer: la prensa argentina bajo el Proceso, Blaustein, Eduardo y Zubieta, Martín, Editorial Colihue, 1998


Centro de Estudios del Trabajo (CET), mayo 1988, "Navales: Una experiencia inédita", desgrabación de una mesa redonda con ex obreros navales de Astarsa y Mestrina.


Prólogo del libro "Esos claroscuros del alma. Los obreros navales en la década del '70" (Bs.As., El Sueñero, 1999) de Rubén Díaz. Este libro partió de la desgrabación de una mesa redonda antes citada.


La forma de la historia en "La razón de las masas. Nosotros la clase" Nicolás Doljanin, Nuestra América, 2003


Memoria abierta: http://www.memoriaabierta.org.ar/materiales/astarsa/


"El trabajo de un astillero es brutal, todo hierro … todo duele" en Lorenz, Federico: Los zapatos de Carlito. Una historia de los trabajadores navales de Tigre en la década del setenta. Editorial Norma, Buenos Aires, 2007


“ASTARSA: una historia de lucha”. Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Zona, Norte (Provincia de Buenos Aires) en actas del Primer Seminario Internacional “Políticas de la Memoria”, Buenos Aires, 13, 14 y 15 de octubre de 2008, Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.


Primer encuentro del Foro Trabajo y Salud Mental: 1º abril 2009: Trabajo y salud mental en la Argentina. Una mirada histórica. Panel junto con Deolidia Martínez y Rubén Efron (2009) desgrabación


Comisión de Control Obrero de la Higiene y Seguridad en Astilleros Argentinos Río de la Plata S.A. (Astarsa), http://www.srt.gov.ar/publicaciones/boletin/019/InformeAstarsa.pdf


Para que el hombre vuelva a cantar mientras trabaja. El Instituto de Medicina del Trabajo y la salud de los trabajadores, Martin, Ana Laura; Spinelli, Hugo en Salud Colectiva, Mayo - Agosto, 2011


Ciclo mensual de debates sobre el rol de las empresas en el Terrorismo de Estado “Julio Viaggio”, Tensa, Astarsa, 4 de agosto de 2011, Instituto Espacio para la Memoria, 2011



ASTARSA 1. TANQUES EN EL ASTILLERO
" ... Aunque después hubo algunos datos más nosotros en esa época ya sabíamos que la Triple A era un grupo armado que había firmado el lopezreguismo y que de alguna manera, mientras le sirviera a les sirviera a los dirigentes sindicales ... No sé si le daban el aporte del aparato, pero sí de datos, nombres de personas. Y tenía un objetivo claro, que era destruir lo que se había construido. Y bueno, lo fueron destruyendo todo, dando golpes paralizantes. Si un compañero muere por un accidente de trabajo, uno se enoja y sufre. Pero si un compañero es matado, digamos, o en los tres casos nuestros, son quemados vivos, eso ... lejos de generar bronca ... eso paraliza.
... Yo creo que en el tema de la Triple A había una alianza, una combinación de información entre la burocracia sindical, sectores del Gobierno y Estado y ... la patronal, sin ninguna duda. La que aportaba datos de los delegados gremiales era la patronal ...
. .. La situación antes del golpe era casi insostenible. El día anterior al golpe estábamos discutiendo en el sindicato una serie de problemas que había adentro de fábrica y escuchamos, yo me acuerdo que ya era que, que el rumor no era rumor, era vox populi que el golpe se daba al otro día.
Y bueno, esa noche nos reunimos muy fugazmente y, dijimos, bueno mañana a nadie se le ocurra ir a fábrica porque el que va no vuelve. En ese momento, nunca me voy a olvidar, éramos un grupo de doce compañeros que nos reunimos. Cuatro no hicieron caso y fueron a fábrica.
Bueno, y en fábrica es obvio que había tanques, tanques de verdad, camiones del Ejército. Un operativo descomunal ... Y los cuatro compañeros, de los cuales dos eran delegados, los compañeros se llamaban Vivanco, uno se ahorcó en la cárcel, y el otro salió porque era uruguayo, no se bien que convenio había con Uruguay ... La cuestión que lo torturaron pero lo dejaron vivo. Del resto de los compañeros ninguno apareció más. Es obvio.
Del testimonio original de Luis Francisco Benencio, antiguo activista de los astilleros Astarsa de San Fernando, para la realización de "Cazadores de utopías”. Según la denuncia presentada ante la CONADEP por la esposa de Rodolfo José Iriarte (Legajo Nº 6674), delegado gremial de Astarsa secuestrado y desaparecido, el día 24 de marzo a las 6 de la mañana fueron detenidos 60 trabajadores del astillero. A cargo del operativo estuvo un mayor de apellido Ricardi, de la Escuela de Ingeniería de Campo de Mayo quien contaba con una lista del personal de Astarsa aportada por la empresa.


ASTARSA 2. VOLVER
" ... -¿Qué pasó cuando volviste? ¿En algún momento volviste a pasar por Astarsa? ¿Qué recuerdo tenía la gente de Astarsa al final de la dictadura sobre aquella época?
-Sí, en el año 86, o sea que no fue tan rápido, necesitaba mucho coraje para volver a la puerta de Astarsa ... Un amigo venido de España me dice Jaime -porque yo era conocido por Jaimito- ¿te animás a ir a Astarsa a ver si podemos rearmar algo?”
Y ahí nos fuimos, a la puerta de Astarsa. Estuvimos tres o cuatro días yendo a la puerta. Pero ya no quedaba nada, muy pocos compañeros de los que habían compartido con nosotros. Por supuesto no estaban dispuestos a nada, tenían todos la versión de la dictadura. La versión, no se, de que nosotros éramos los cucos, los guerrilleros ... no se, los malos.
... Fue una impresión muy dura. La señora de un compañero que era uruguayo, que se llamaba Vivanco, no el que se ahorcó en la cárcel, el salió pero en muy malas condiciones físicas ... Con esa señora habíamos compartido pero muchísimos días, de alegrías, de vino, de reuniones. No con ella pero donde ella, digamos, hacía de anfitriona. Y nos dio vuelta la cara. A Sosa y a mí.
Y yo no me animé a decirle nada, no me animé a hablarle. Eso me lo reprocho siempre. Creo que hubiese tenido que tener el coraje de por lo menos darle una explicación. Pero no tuve coraje de dársela. Eso fue ahí, en la esquina de Astarsa. Y los compañeros, los pocos que quedaban, bueno, nos decían ´Cómo están. Pensábamos que estaban muertos. Que alegría verte vivo.
- ¿Por qué pensaban que tenían que dar una explicación?
- Por un problema de ... de culpa. Porque a mí no me pasó nada en el sentido de que ni fui torturado ni fui desaparecido, y ella tenía un marido torturado, un cuñado desaparecido, otro ahorcado y ella pensaba que yo había sido ideólogo de todo eso. Ella pensaba que yo tenía un grado de responsabilidad muy grande ahí. ¿Cómo le explicaba que yo no era necesariamente así. ... ? La que le tenía que dar una explicación era la organización Montoneros. Nunca se la había dado, ni siquiera intentó dársela. Porque gran parte de la desprotección de esa familia la tenía la organización Montoneros ... Se calculan 14 muertos en Astarsa. Nosotros, desde las bases ya habíamos planteado que eso se iba a dar, que los que trabajábamos en el campo sindical estábamos muy expuestos. Y que éramos los más fácil se ser … este ... eliminados."
Del testimonio de Luis Francisco Benencio, antiguo trabajador del astillero Astarsa, para la realización de la película "Cazadores de utopías”.


Epílogos. Luis Benencio, La Voluntad, Tomo 5, pág. 700.
Cuando me dijeron si me animaba a escribir unas líneas acerca de mi pensamiento sobre los años 70, pensé que sería cuanto menos, todo un atrevimiento de mi parte hacerlo. Cuento para ello con las herramientas que me dieron aquellas maestras del Tigre que me enseñaron a leer y escribir y a hilvanar algunas ideas de cómo narrar historias sueltas, anécdotas, vivencias y biografías.
Por lo tanto no pretendo -ni podría- dar a estas líneas el vuelo intelectual de un análisis profundo sobre este fenómeno que fue la década del 70.
Pero como ya habrán advertido, prevaleció mi atrevimiento y aquí estoy intentando dar forma a algunas ideas.
Quisiera comentar en principio, que cuando me invitaron a participar de los proyectos de Cazadores de utopías y luego del libro La Voluntad, me interesó porque hasta ahora no habían hablado los protagonistas de uno de los proyectos ideológicos enfrentados en aquellos años. En todo caso, si algo se había dicho, era a través de algunos libros cuyos autores intentaban asumir el pensamiento de aquella época. Además, habiendo transcurrido más de veinte años, ya podría ser el momento de empezar a hablar más adultamente de lo acontecido.
Para el análisis de esos años es necesario, como di ría un pensador liberal, ubicarse en tiempo y espacio. Veníamos del triunfo, en Cuba y en Vietnam, sobre el gigante imperial, que para muchos de nosotros fue paradigma de los objetivos y formas organizativas de las luchas populares. Con ello se pone en contexto un ideario de cambio que no era patrimonio de un grupito de locos y rompe con las críticas que he escuchado más de una vez en cuanto a que era un fenómeno aislado y de­lirante.
Si tuviera que definir sintéticamente los objetivos que teníamos en aquellos años, diría que la consigna que usábamos la ma­yoría de los grupos y organizaciones en aquel entonces "Liberación o Dependencia" es la que mejor representa la orientación del pensamiento que animaba nuestras acciones
Basta ver el estado en que nos encontramos hoy, para entender que el diagnóstico de situación de esa época y los objetivos sobre opciones excluyentes tenía el valor de una visión histórica que anticipaba el futuro.
No obstante, seguramente vamos a coincidir, para analizar es­te tipo de fenómenos es necesario poner en discusión todos los factores que intervinieron en estos años, pero esto lo dejo para aquellos que saben más que yo.
Prefiero contar alguna anécdota como por ejemplo que algu­na vez compañeros muy jóvenes me han preguntado ¿cómo era esa gente que hoy es desaparecida?
Lo primero que me sale contestar es que es muy difícil, por lo menos para mí, poder contestar sobre esos compañeros y que sea creíble lo que le estoy contando a gente que vive en un país co­mo el de hoy donde priman el individualismo, la resignación y la aceptación en forma totalmente pasiva de las imposiciones que afectan los intereses de aquellos sectores más necesitados y que, día a día, no sólo están postergados en su ascenso social, sino que van irremediablemente a ser excluidos del sistema.
Cómo les digo que eran compañeros mayoritariamente muy solidarios, que estaban dispuestos a aceptar únicamente lo que comprendían como beneficioso para ellos y para el conjunto, y que también estaban dispuestos a discutir o enfrentar con la me­todología que entendieran como correcta lo que evaluaran co­mo perjudicial a los intereses de la sociedad en que vivían.
Dejo para el final deliberadamente lo negativo de aquellos años, los terroríficos errores de diagnóstico y el monstruoso com­portamiento moral y ético que tuvo principalmente gran parte de la conducción de la organización Montoneros.
En cuanto a lo personal, en relación a esos años, quiero pedir perdón a los 30.000 desaparecidos por no tener el coraje que ellos tuvieron y decirles que me queda el dolor de haber sido y ya no ser.


Navales: Una experiencia inédita (*)
Mayo de 1988
INTRODUCCIÓN
CAPITULO I
Los comienzos
La Agrupación
Las elecciones
La Toma
CAPITULO II
La Organización del Astillero
La politización
La extensión
Las dificultades políticas
El comienzo del fin
CAPITULO III
NOTAS

PROLOGO
Cuando se nos ocurrió recopilar datos para hacer éste informe recurrimos a dos antiguos compañeros de fábrica, que habían tenido una actuación militante en aquella época.
Nuestra intención inicial era poder transcribir, lo más ajustadamente posible, los sucesos acontecidos alrededor de los años 73 en las zonas fabriles y particularmente la experiencia de la Zona Norte del Gran Buenos Aires, en especial lo sucedido en el gremio Naval.
Es un intento singular. Pensamos que aun hoy existen infinidad de acontecimientos que no han sido rescatados, que permanecen opacos en la memoria, como hechos fugaces. Como singularidad quisimos otorgar un cuerpo, restituir, de alguna manera, parte de un momento que fue constituido por hombres que vivieron intensamente estos hechos.
Este es el marco, en el cual situamos este informe. Es un trabajo que representa, hoy día, a los muchos que habría que hacer. Un llamado para instalarnos en un pasado reciente, caliente aún.
No hay nada de positivo en él, tal vez solo negatividad. Son las voces de los trabajadores que una vez participaron e impugnaron un modelo explotador e indigno, que se alzaron contra él con todas sus fuerzas.
Esas son las voces que escucharemos; crudas, directas, ambiguas a veces. No están dirigidas para ser criticadas o evaluadas; tienen un destino: uno solo. Están dirigidas a otros compañeros. No están preocupados por lo que dirán otros. Eso no les interesa. Van de compañeros a compañeros.
De todos modos el secreto ya no es tanto. Hace tiempo que los trabajadores han puesto las cartas sobre la mesa. No hay tácticas o estrategias secretas. No existen "políticas" que los desalojen de su condición.
Ellos querrían como ese "gran acto de amor" que no les sucediera lo mismo a sus iguales, a sus íntimos; los compañeros. Pero saben que nada ocurrirá si no se alzan sus voces.
De ahí esas palabras cuidadosas, descarnadas, respetuosas; son como códigos entre pares.

CET

Agradecemos a familiares de compañeros navales y el apoyo de la ICCO que han hecho posible la realización de éste informe.

A la memoria de los compañeros
Navales asesinados y desaparecidos



Esos claroscuros del alma. Los obreros navales en la década del '70. Rubén Díaz, 1999
Prólogo de Luis Benencio
He leído con mucha atención este relato histórico hecho novela donde se describen, con mirada distinta, anécdotas y hechos, personas y situaciones que transcurrieron por esos turbulentos, apasionados y dramáticos años.
Siempre pensé que llegaría el día que, en la descripción histórica –y también política e ideológica- e los años ´70, se analizaría el comportamiento perverso de las cúpulas dirigentes y que alguien, viejo amigo, rescataría de esas historias la cotidianeidad: las personas, sus vivencias, sus grandeza y sus miserias.
Me alegro de todo corazón que te hayas animado escribir estos relatos donde los hombres estamos tal cual somos, con sus pasiones, sus amores y su soledad.
Es que, en estos años, me he preguntado tantas veces donde estarían; que sería, por mencionar a alguno de los tantos compañeros, de los Vivanco, esos hermanos Uruguayos, capaces de compartir todo cada vez que fuese necesario; dónde el Hugo Rivas, que jamás se dijo marxista o revolucionario, que dio todo (todo: incluido la vida). O el Tano Mastinú delegado las 24 horas del día.
Creo que vos y yo sabemos la cantidad de páginas que se podrían llenar con los actos, con esa generosidad de los compañeros hechos de una calidad humana a toda prueba.
Muchas veces, cuando hablo de estas cosas, me preguntan como eran aquellos compañeros, qué era lo que habían y habíamos conquistado y ayudado a cambiar. Por qué, durante ese tiempo, fuimos distintos. O sea, distintos en nuestras vidas; distintos a como veníamos armados desde atrás, de antes. Y siempre me pareció que la respuesta adecuada era esa humanidad que habíamos logrado desplegar entre nosotros, pero que queríamos extenderla: que el mundo la hiciera suya.
Creo que fue una invención nuestra. Al menos fue eso lo que descubrimos en nosotros: que estalló entre nosotros. Que fue una búsqueda permanente de algo parecido a la felicidad, para nosotros, no tenía sentido si no era compartida.
En definitiva, vos sabés. Te escribo estas líneas no desde el militante que logró sortear los obstáculos y las miserias de la dictadura, sino desde el lugar del compañero y amigo que continúa con una gran pena y un gran dolor por las pérdidas, por un proyecto cargado de ternura que no fue.
Pero ya ves, aquí estamos. A pesar de todo no nos han vencido totalmente y apelo a tu autor predilecto para recordarte: "Es la angustia de la libertad lo que te hará libre y no la angustia de muerte".



Un fraternal abrazo
Luis Benencio

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